Toda una vida luchando por alcanzar la felicidad siempre deseada, para conseguir al amor de su vida... Y tras ello, errores, traición, celos, muertes, infidelidad, venganza, caprichos... El no saber tomar buenas decisiones y no aclarar sus sentimientos, llevarán a Elena a tener un corazón caprichoso.



domingo, 27 de febrero de 2011

"Corazón caprichoso" Capitulo 18: Segunda parte

-        Hola David.
-        Hola Elena, ¿Qué tal estas?
-        Bueno, quitando la resaca que tengo de anoche, por lo demás intento estar bien- le mentí riendo. No quería que se preocupara por mí, además mi indecisión también le incumbía y no era plan que supiera lo que estaba pasando todo por culpa de su llegada.
-        ¿Resaca?- se extrañó.- Vaya no sabía que bebías.
-        Si, bueno solo un poquito pero en días de fiestas donde hay mucho que celebrar- mentí.
Tu verás, muchísimo que  celebrar, solo el embarazo de María a no ser que también quisiera celebrar el enfado de Carlos, el de Marcos, aquella noche... Otro suspiro. Dejé de pensarlo.
-        Bueno, yo te llamaba para ver si querías quedar esta tarde a dar una vuelta.
-        ¿Una vuelta? ¿Y si mejor te vienes a mi casa y luego pensamos lo de la vuelta? Es que ya bastantes vueltas me está dando la cabeza como para ir a dar más- le dije riendo.
-        Jaja- se reía a carcajadas como un niño pequeño.
-        No tiene gracia, estoy  malita- dije poniendo un puchero aunque sabía que no me veía la cara.
-        Bueno bueno entonces iré esta tarde yo para cuidarte ¿vale preciosa?- me preguntó dulcemente.
-        Mm… Suena agradable, ¡vale!
-        ¿A las seis te parece bien?- me preguntó.
-        Perfecto, hasta entonces. Un beso David.
-        Un beso Elena.
Colgó. Al menos esa tarde no iba a estar sola y podría estar con él. Darme cariño apasionadamente, pues lo necesitaba. La fiesta de ayer me había dejado fatal, no la fiesta si no lo que pasó en ella. Todo mi lio con Carlos, Marta, Marcos, aquella noche alocada, etc. Necesitaba a alguien con quien desahogarme aunque no fuera con palabras, además así sabría si por fin podría decidirme por David.
La pastilla parecía que hacía poco efecto, aun tenía sueño y quería dormir más. Pero tenía que recoger y limpiar un poco la casa si esta tarde venía David. Al poco rato llamaron al fijo, me supuse que sería o Marta o Oscar, pues casi nadie más me llamaba al teléfono de casa.
Era Oscar. Descolgué.
-        ¡Hola Oscar!
-        ¡Hola Elena! ¿Cómo estás? ¿Mejor?
-        Si bueno, aun me dura algo la resaca pero bien- mentí, jamás de los jamases le iba a contar a Oscar lo ocurrido con Marcos aquella noche- ¿Tan mal me puse Oscar?- pregunté.
-        ¡Uff y tan mal niña! ¿Tú sabes cómo ibas? ¡Si llevabas por lo menos diez vasos de vodka bien cargados!
“Sí, hijo si”- pensé. Iba tan mal que hice burradas.
-        ¡Ala! ¡No exageres! Solo llevaría ocho o nueve. Mm... vaya si, no has exagerado no -me hacía la tonta.
-        Ves, ¿pero por que te dio por beber si tu apenas bebes nunca?- me preguntó dudoso.
-        Pues no sé, será que todo lo que pasó me afecto y para ahogar las penas me consolé con el alcohol.
-        Pues no me parece bien Elena, poco más y te da un coma etílico. ¿Cómo llegaste a casa con Marcos?
-        Bueno bien, aunque vomite nada más salir del coche. Pobre, tuvo que aguantar de todo, menos mal que no le manche el coche porque si no si que me mataba- reí desmesuradamente mintiéndole y solo contándole esa parte.- Y bueno nada, me dejo en la cama, caí rendida y se fue, así que bien- mentía continuamente y estaba nerviosa.
-        Bueno, pues me alegro que saliera todo bien, deberías darle las gracias, se comporto como todo un caballero llevándote a casa eh Elena- me intento convencer Oscar.
-        Si. Bueno, yo… ya hablaré con él- dije algo triste y pensando en todo lo ocurrido. Si, encima si le daba las gracias me mandaba a hacer puñetas. De nuevo otro suspiro.
Me despedí de Oscar enseguida, no aguantaba más, iba a estallar, iba a llorar. Aquello me estaba superando, el sentimiento de culpa y arrepentimiento sobre lo de esa noche con Marcos, me estaba matando, me quitaba las ganas de todo. Solo deseaba que llegara la tarde para hablar con David y tenerle cerca.

domingo, 20 de febrero de 2011

"Corazón caprichoso" Capitulo 18: Primera parte

18. Problemas tras la resaca

A la mañana siguiente me desperté sobre la una del mediodía. Giré la cabeza y vi allí a Marcos. ¿Qué? ¿Marcos? ¡¿Qué hacia Marcos en mi cama, a mi lado y… desnudo?! Me miré yo en un momento y también estaba desnuda completamente. “¡Ay dios mío! ¿Qué has echo Elena? ¿Qué ha pasado esa noche?”- me gritaba la cabeza.
-          Aghhh, mi cabeza. Me estalla. ¿Qué ha pasado? ¿Qué hago yo aquí? ¿Y la fiesta?- me dije para mi misma.
Pero poco a poco fui recordando todo lo ocurrido, incluso recordé cuando Marcos me trajo a casa aquella noche y el beso. Recordaba el beso y la noche tan desenfrenada que habíamos tenido.
“Pero es que te has vuelta loca Elena Smith, ¡te has tirado a Marcos! Y le habías dejado claro que erais amigos, ahora que se pensará, imbécil”- me decía una parte de mi.
Pero había otra vocecita que me decía: “No pasa nada Elena, todo ha sido bajo efectos del alcohol, haz como si no te acordaras de nada y ya está, además él  lo entenderá seguro y asunto olvidado, sigues queriendo a David”
Si, no pasaba nada, ¡estaba borracha joder!- pensé.
Intenté levantarme pero en ese momento Marcos abrió los ojos, tenía una cara de confusión horrible y me notó como yo me hacía miles de preguntas con la mirada. “En la que te has metido Elena”- pensé. Le miré profundamente sin saber que decir. Y mientras  pensaba que decirle él me habló:
-          Elena, yo… quería hablar de lo de anoche. No… ¿no éramos amigos?- me preguntó confuso y con ojos tristes. Las palabras se le trababan.
-          Pues, veras Marcos. Lo cierto es que sí, y lo de anoche… Yo lo siento me dejé llevar, estaba borracha y no sabía lo que hacía pero...- pausa incomoda- esto no está bien Marcos. No está bien, yo estoy con David y no quiero hacerte daño, perdóname- le dije arrepentidísima y agachando la cabeza.
-          Me lo temía, sabía que nada me podía salir bien. Primero me creas ilusiones con lo de anoche y ahora me das calabazas y me dices que fueron efectos del alcohol. ¿Sabes Elena? No puedes ir por ahí rompiendo corazones, o al final te quedarás sola, muy sola. Gracias por destrozar mi sueño. No puedo volver a mirarte a la cara ya.
-          Pero ¡Marcos! Tú también lo consentiste. ¡Haberme parado si sabías que estaba borracha! ¿Joder es que no me comprendes?- le dije gritando y algo enfadada.
-          ¡Encima! ¿Qué no te comprendo? Tú sí que no me comprendes Elena, me deje llevar porque te quiero y era lo que siempre había soñado contigo, pero claro tenía que haber sabido que esto pasaría. Que yo jamás seré para ti y que tú nunca me querrás de la misma manera. Estoy arto de tus niñerías y tus caprichos, deja ya de jugar con la gente y cuando cambies me avisas ¿vale? Hasta entonces no quiero saber nada de ti- gritaba Marcos enfadado.
Sin darme cuenta Marcos ya se había vestido y se largó por la puerta de la habitación con lágrimas en los ojos, dando un portazo que rebotó por toda la casa e hizo que Luna pegara un ladrido. “Ya sí que si Elena, has terminado de rematar la mañana” Joder, ¿que había hecho? ¡Acababa de perder a un gran amigo, le había ofendido, le había gritado y me había portado fatal con él, encima le había dado falsas esperanzas. Yo no era así, ¿Por qué me había comportado de esa manera? ¿Qué me estaba pasando? Estaba volviéndome loca definitivamente. Tenía a tres personas a las que quería y no sabía con cual quedarme al final. Eso de auto convencerme que quería volver con David no funcionaba, pues me hacía dudar más y más. Porque realmente no sabía lo que mi corazón deseaba ni a quien quería. ¿Carlos? ¿David? ¿Marcos? Grité como loca intentando desahogarme y alejar aquella pesadilla de mí.
No sabía qué hacer, como arreglar lo de Marcos, como arreglar también lo de Carlos, que hacer o que decirle a David. Uff. Suspiraba demasiado esa mañana. ¿Por qué cuando intento buscar la felicidad me viene con tantos problemas? ¿Es que no he sufrido ya suficiente? ¿Aun más? No podía más. Lloraba desconsoladamente, yo sola, para mis adentros. Sin encontrar ninguna solución. La cabeza me estallaba y empezaba a marearme.
Me levante como pude de la cama, me tomé una pastilla y me senté en el sofá.
De repente sonó el móvil. ¿Dónde estaba? ¿Bolso? Lo busqué por todas partes y lo tenía debajo de mí detrás del cojín. Era David, el que faltaba. ¡Venga! Ya no , ahora también le perdería a él, total, solo quedaba él. Decidí cogerlo y arriesgarme a lo que pudiera pasar.

lunes, 14 de febrero de 2011

"Corazón caprichoso" Capitulo 17: Segunda parte

Marcos me cogía por la cintura para que no me callera, pero tenía una resaca enorme y no hacía más que andar en zic zac arrastrándole a él también.
Los tres se despidieron y de camino al coche de Marcos, me cogió en brazos para que no me callera. Llegamos a su coche, un Audi A6 plateado, precioso. Yo iba mareadísima, me empezaba a dar vueltas todo. Me sentó en el asiento del copiloto y me abrochó el cinturón. Por el camino iba pálida, fatal, con muchas ganas de vomitar. Marcos me miraba de vez en cuando y notaba por mi aspecto que necesitaba ir al baño ya. Aceleró todo lo que pudo y al final llegamos. Pero no pude aguantar más y a la salida del coche en unos arbustos empecé a echarlo todo poco a poco. Marcos no me soltaba, me agarraba de la cintura y aguantaba el olor a mi vomito. Realmente era el mejor amigo que tener, no se separaba de mi lado en los peores momentos, al igual que ni Oscar, ni Iván lo hacían y al igual que las chicas Marta y María. Cuando ya terminé de echarlo todo caí rendida en sus brazos. El me cogió de nuevo y buscando las llaves en mi bolso abrió el portal. Yo aun no estaba dormida, podía sentirlo todo, sentía la respiración de Marcos, de vez en cuando soltaba alguna risita tonta. Sentía su aroma, un olor que tranquilizaba, absorbí el olor de su colonia en su cuello. Le agarré fuertemente del cuello. No sé por qué lo hice pero en esos momentos no sabía lo que hacía y los brazos de Marcos eran mi mejor refugio.
Cuando quise darme cuenta ya estaba dentro de casa, pero tuve una reacción tonta al sentirme así cogida en brazos por Marcos, le agarré del cuello y le sonreí medio dormida. Él logró tumbarme en la cama, pero yo no le solté haciendo que él se cayera  a la cama también conmigo.
Nos reíamos, parece que ya estaba mejor aunque tenía muchísimo sueño, y aun no sabía lo que hacía, no era consciente.
-          Marcos… muchas gracias has sido… todo... un caba… caballero- decía entre los efectos del alcohol.
-          No es nada- dijo entre risas por mi estado- cualquiera lo hubiera hecho, no podía dejarte sola, estas fatal creo que debes dormir un poco ¿no crees?- me preguntó intentándose levantarse de la cama.
-          No por favor, no te vayas. Yo me siento sola y te necesito.
Aquellas palabras debilitaron a Marcos. Mi mirada tierna le hipnotizó, aquella petición no podía incumplirla. Ansiaba en su mirada quedarse a mi lado y aunque sabía que solo había amistad entre ambos, él  esperaba que aquella noche fuera distinta.
Estábamos muy cerca, tumbados al lado, notábamos las respiraciones, y yo seguía sin saber lo que hacía, así que repentinamente me acerqué a él, respiré fuertemente al lado de su cuello, absorbiendo su aroma. Me acerqué lentamente a su mejilla hasta bajar a su boca. Y sin quererlo le besé apasionadamente. Sin ni si quiera pensarlo Marcos se dejó llevar, estaba sin control y el tenerme tan cerca supongo que le borró la mente y no pensaba lo que hacía, pero yo tampoco.
Recordaba el momento que le vi con Claudia y sentía celos, pero ¿por qué? Si realmente yo quería a David. ¿Qué estaba haciendo? Estaba traicionándole, dándole ilusiones a mi amigo Marcos y todo por celos a Claudia. No me reconocía, pero en ese momento nada me importaba.
Comenzamos una loca noche apasionada, llegando hasta donde nuestros cuerpos pedían y la pasión nos dejaba. Disfrutábamos de la ternura y el roce de nuestros cuerpos desnudos, nos dábamos placer mutuamente hasta que yo, perdí el control de la razón. Me giré para colocarme encima de él, con nuestros cuerpos desnudos y en un momento de locura dejé que Marcos entrara en mí, haciéndome suya, sintiéndole mío por una noche. ¿Egoísta? Sí, quizás. Un baile desenfrenado de pasión que nos llevó a ambos al clímax. Seguidamente nos separamos y caí rendida en sus brazos, durmiéndome a los pocos segundos.
Aquella noche fue una noche muy pero que muy larga y llena de emociones, baches y también buenos momentos que supimos celebrar. Pero sobre todo llena de errores, traición y celos que condicionarían mi futuro.

sábado, 5 de febrero de 2011

"Corazón Caprichoso" Capitulo 17: Primera parte

Al poco rato de charlar con él, María se acercó también y me preguntó como estaba.
-        ¿Cómo estás Elena? Oscar me ha contado y bueno en parte te entiendo.
-        Gracias María por entenderme. Ya estoy mejor. Y bueno ¿cuando piensas comunicar la noticia?- le dije fijando mi mirada en su barriguita plana aun.
-        ¡Ah! es verdad se me olvidaba con tanto jaleo. Ayúdame a que todos presten atención, por favor.
Le pedí a Marta que apagara la música o al menos la bajara. La bajó un poco, yo cogí una copa de champan y la toque con un tenedor que había cerca para que todos dejaran de hablar y me miraran por un momento. A mi lado estaba María nerviosísima y enfrente de las dos estaban todos mirándome con atención y sin saber qué pasaba.
-        Buenas noches a todos, por favor atended un segundo. Bueno lo primero espero que estéis pasándolo bien en esta fiesta, quería interrumpir este momento porque creó que María tiene una buena noticia que darnos a todos- dije cediéndole el turno a María para que ella lo comunicara.
-        Gracias Elena, pues bueno así es tengo una buena noticia- dijo haciéndole una señal a Oscar para que se acercara y le cogió la mano. Colocó a Oscar a su lado y le puso su mano en su tripita- Yo quería deciros que… Oscar será un gran padre, el padre de esta criaturita que llevo dentro- dijo ella mientras tenía su mano y la de su amado en la barriguita.- ¡Estoy embarazada!- gritó al fin.
Miré a Oscar, tenía una cara de felicidad absoluta, estaba boquiabierto y sin creerse aun nada. No tenía palabras, miraba a María con sus ojos vidriosos, a punto de llorar de felicidad. Aquella escena era tan bonita. Todos aplaudían y poco a poco se acercaban a la pareja a darle la enhorabuena.
Oscar abrazó a María y la susurró: “Me haces el hombre más feliz del mundo con este bebe. Te quiero mi amor” y seguidamente la besó apasionadamente, sin importarles quien estuviera mirándoles.
Yo me acerqué a Oscar primero y le abracé: “Enhorabuena Oscar, te lo mereces, estoy segura que serás un buen padre, cuídalos bien a los dos” Él solo me sonrió, asintió y me dio las gracias. También me acerqué a María dándola un abrazo fuerte: “Este niño será como mi sobrinito. Haz que crezca sano y fuerte, le estaré esperando ansiosa, sabes que adoro los niños y aquí estará la tita Elena. Enhorabuena serás una gran madre”- la dije sonriéndola.
La fiesta seguía, baile, bebida, vodka, champán, coca cola…
En un momento noté como Marcos se acercaba a Claudia y no hacía más que sonreírle, hablar con ella y mirarla con ternura. Ella parecía que mostraba cierto interés con él y se sentía a gusto. Luego más tarde les vi bailando y riéndose a carcajadas como niños. Parecía que se habían gustado, y Marcos intentaba acercarse, pero era una persona realmente tímida y le costaba bastante. No es que me alegrara ni me dejara de alegrar, pero… no me terminaba de convencer que Marcos estuviera tonteando con Claudia. “¿Pero qué te pasa Elena? ¿Eres tonta o qué? Si le has dicho hace poco que quedabais como amigos y ahora, ¿ahora sientes celos? ¡Aclárate!”- me gritaba mi conciencia una y otra vez.
Pensé que sería por el alcohol o porque aun estaba deprimida y me sentía sola, así que no le di importancia al asunto.
Yo intenté disfrutar lo poco que quedaba y bebía y bebía vodka sin importarme nada. Aunque aparentaba estar bien en el fondo estaba confundida, hundida. Si, quería a David, pero había perdido a Carlos.
Un vaso de vodka con limón y a bailar con Marcos. Otro vaso de vodka con coca cola y a bailar con Oscar. Otro vaso más de vodka con limón y a bailar con Iván. Y otro más y otro. Perdí la cuenta no sé cuantos llevaba pero la sensación que me daba el estar mareada sin saber lo que hacía y tambaleante me encantaba. Quería más y más hasta caer rendida, era como un subidón de adrenalina. Perfecto para calmar todos los males.
Marta e Iván estaban al lado mío sujetándome. Eran las tres de la mañana, la gente se iba poco a poco hasta que solo quedábamos Oscar, María, Marcos, Marta, Iván y yo. Todos atentos a mí estado pues estaba borracha como una cuba sin saber lo que hacía. Gritando y saltando yo sola por el salón mientras seguía bebiendo. No estoy segura cuantos vasos llevaba ya en el cuerpo ¿Seis? ¿Siete? ¿Ocho? Hasta arriba, si más o menos esos.
Marta e Iván decidieron que era mejor que Oscar y María se fueran a descansar pues ella lo necesitaba por el bebé y que ya se encargarían de mí los tres, Marcos, Iván y Marta. Oscar hizo caso y María y él se fueron.
Marcos me miraba con cara de preocupación, parecía una cría emborrachándome inconscientemente.
-        Marta, creo que debería llevarla yo a casa, ya me encargo, además he venido en coche, yo la acercó la subo y la dejo en la cama, no te preocupes. Vosotros debéis descansar y mañana ya recogeréis todo esto, ¿vale?- dijo Marcos.
-        Si, llevas razón tío, muchas gracias por todo, además Marta está cansada y debe descansar- le dijo Iván a su novia mirándola y acariciándola la mejilla suavemente.
-        ¿Yo? Yo estoy perfectamente- dijo ella mientras bostezaba.
Los tres se rieron menos yo claro que aun andaba dando vueltas por el salón alocadamente y me miraron con cara de enfado.
-        Mejor llévatela ya Marcos anda, porque si no la voy a coger y la voy a matar yo misma. Esta chica, primero se pone a llorar y ahora mírala- decía Marta riéndose.