Toda una vida luchando por alcanzar la felicidad siempre deseada, para conseguir al amor de su vida... Y tras ello, errores, traición, celos, muertes, infidelidad, venganza, caprichos... El no saber tomar buenas decisiones y no aclarar sus sentimientos, llevarán a Elena a tener un corazón caprichoso.



sábado, 9 de abril de 2011

"Corazón caprichoso" Capitulo 21: Segunda parte

-          Hola Marta- la saludó y después se me quedó mirando cómo,  aun supuestamente, dormía- ¿Cómo esta?- dijo con cara de preocupación y algo triste- ¿Qué ha pasado? Por favor cuéntamelo todo.
-          Bueno, se ha quedado otra vez dormida- mintió- Llevaba muchos días sin comer nada ni dormir debido a todo lo que pasó después de la fiesta, tu, Marcos, David y bueno lógicamente le ha dado una bajada de tensión y se ha quedado inconsciente. Le han encontrado este mediodía sobre la una y media tirada en la calle y una mujer avisó a la ambulancia. Y bueno luego me llamarón a mí y aquí estoy.
-          Madre mia, ¡pero si esta delgadísima!- dijo acercándose a mí y mirándome de arriba abajo.
Yo estaba escuchando todo y por dentro sentía alegría de que en el fondo Carlos se preocupara por mí y de momento no hubiera mostrado ningún indicio de enfado.
-          Bueno- dijo Marta- y, por lo que me ha contado habíais quedado para hablar del asunto ¿no?
-          ¿Asunto? Yo solo he quedado con ella porque me lo ha pedido, nada mas- dijo girando la cabeza para otro lado y algo cabezota y enfadado.
En el fondo Carlos, sabía de sobra para que había quedado con él, pero se hacía el duro, no quería dar su brazo a torcer tan pronto.
-          Carlos, cuando se ha levantado no hacía más que hablarme de ti- exageró un poco para hacerle entrar en razón- si no llego a estar aquí se hubiera marchado corriendo a la hora que te llamé para quedar contigo en el velador, con el suero y todo puesto. No come, no duerme, porque no soporta todo lo que la está pasando, porque no soporta que esté perdiendo a sus amigos, y lo único que quiere es pedirte perdón y arreglar todo esto.
-          Claro y ahora me dirás que no come ni duerme solo por mi ¿no? Venga Marta que no me chupo el dedo y sé perfectamente lo que ha pasado con Marcos. ¿Qué? ¿A eso también la tengo que perdonar? ¿No crees que ha llegado demasiado lejos?- dijo con cara de enfado.

¡¿Cómo?! ¿¡Carlos sabía lo que me había pasado con Marcos!? ¡¿Pero cómo?!  ¿Quién se lo habría dicho? Estaba aun con los ojos cerrados aunque al oír eso casi los abro como platos, pero pude contenerme. Y seguí escuchando.

-          Pero, tu ¿cómo sabes lo de Marcos?- preguntó boquiabierta Marta.
-          Pues él mismo me lo contó, porque aquí no solo la niñita lo pasa mal si no que todos los demás estamos pagando por sus errores ¿sabes Marta? ¿Y encima tengo que perdonarla?- dijo Carlos muy frio y enfadado.
-          Carlos, por favor, vale ya, ¿quieres que acabe en la tumba? ¿Quieres perderla como amiga también? Porque conozco de sobra a Elena y sé que en momentos así es capaz de cometer cualquier locura, lo sé. ¿Vas a dejarla? ¿Vais a dejar que siga consumiéndose por vuestra cabezonería y vuestro enfado? Mira Carlos, yo no digo que no haya cometido errores, porque si que ha metido la pata y bien metida, pero los humanos nos equivocamos y ella llevaba una racha malísima. Se le ha juntado todo, de la noche a la mañana ha pasado de no tener nada a tenerlo todo, tenía a vosotros dos, bueno tres: Marcos, David y tú. Tres personas a las que adora y tres personas que la queréis muchísimo. Carlos, ¿sabes cuánto tiempo llevaba Elena esperando ese cariño? ¿Acaso te haces idea del tiempo que ha estado esperando que esa felicidad, que no tenía durante dos años, le llegara? Tenía que tomar decisiones y estaba entre la espada y la pared. Dime, ¿Qué hubieras echo tu Carlos? Además como bien dicen, la avaricia rompe el saco y es más o menos lo que le ha pasado a ella, teniendo en cuenta también que ni si quiera tiene el cariño de sus padres- dijo girando la cabeza hacia mí.

Madre mía, no podía creer las palabras de Marta. Verdaderamente era una gran amiga, llevaba razón en todo y me comprendía. Carlos había reaccionado y veía que realmente Marta llevaba razón. Que por muy mal que hubiera hecho las cosas tenía que perdonarme o por lo menos hablarme y no ser tan cabezota.
-          Bueno, tal vez lleves razón- dijo Carlos cabizbajo y mirando hacía la cama donde estaba de reojo.
-          De tal vez nada, la llevo Carlos. Y creo que deberías perdonarla cuando se despierte y hables con ella. Yo voy abajo a la cafetería a tomar algo, ¿si no te importa puedes quedarte con ella un momento?- le dijo Marta.
-          Si, baja tranquila, yo me quedo con ella. Perdóname Marta, por haberme comportado así de estúpido, pero es que sabes cómo soy de cabezota y me dolió muchísimo que eligiera a David antes que a mi- dijo arrepentido.
-          A mí no me tienes que perdonar nada, es con ella con la que tienes que hablar y pedirla perdón o al menos perdonarla tu a ella. Sé cómo eres Carlos, pero no puedes llegar hasta tal extremo y los amigos se perdonan ¿no crees?
Él solo asintió y se volvió para sentarse en una silla y poder estar a mi lado cerca de la cama.
Marta se marchó y Carlos aprovechó para empezar a hablarme aun sabiendo que estaba “dormida”. Me cogió la mano, me acarició la mejilla y casi en susurros decía para sí mismo:
-          Elena…- suspiraba mientras seguía rozándome la mejilla.
En ese momento decidí que ya era el mejor momento para abrir los ojos, para escucharle y verle su dulce carita. Poco a poco abría los ojos, hacía que me costase como si realmente hubiera estado dormida. Y ahí estaba él, tan guapo como siempre, con los ojos brillantes y una lágrima cayendo por su mejilla, mirándome dulcemente mientras apretaba mi mano. Se veía tan hermoso, pero verle así de triste me superaba.
-          ¿Car… Carlos?- logré decir después de abrir los ojos, haciéndome la desorientada.
-          ¡Elena!- dijo dibujándose una sonrisa en su rostro- ¿Cómo estás?
-          Yo…- dije intentando reincorporarme- Habíamos quedado a las seis, lo siento, quise ir pero…- le decía preocupada pero él me corto.
-          Shh. No pasa nada, tranquila ya he venido yo. No puedes salir de aquí aun, has sufrido una bajada de tensión y no es bueno que hagas esfuerzos.
-          Ya pero yo quería hablar contigo sobre…- y me cortó otra vez
-          Lo sé, lo sé. Y bueno, supongo que aquella noche me porté como un estúpido, no debí irme así y dejarte sola. No quise entenderlo, los celos me cegaban. Yo, lo siento Elena- dijo mientras otra vez sus ojos empezaban a ponerse vidriosos y agachaba la cabeza.
-          No, no. Perdóname tú a mi Carlos, pero no podía hacer otra cosa. Yo te tengo mucho  cariño, pero ya tomé una decisión y David siempre ha sido el chico de mi vida. No, yo no puedo hacer nada más, pero debí decírtelo de otra forma. Lo siento- dije yo también cabizbaja.
-          No tengo que perdonarte nada, aunque reconozco que me duele tu decisión. Yo solo espero que aun quieras ser mi amigo, no me gustaría perder también tu amistad. Y bueno, espero que te vaya bien con David, pero como me entere que te hace daño se las tendrá que ver conmigo- dijo con un tono protector.
-          Tranquilo, somos amigos, no quiero perderte por mi culpa. Gracias.- le dije llorando de felicidad.
-          Gracias a ti por perdonarme.

1 comentario:

  1. Oh, pero ke kapitulo mas chachi!!!!! kiero mas y mas y mas!!!! Espero que subas prontito!!!! Un besito guapa!!!! teQQQQ

    ResponderEliminar