Elena: Vestido de la fiesta
Antes de abrir corrí a la habitación y me puse los tacones, para después abrir. Y ahí estaba él, tan guapo, tan perfecto… Vestía unos pantalones chinos negros, y una camisa de cuello blanca con rayas azules. Parecía todo un caballero, bueno, más bien lo era. Era tan guapo, que casi se me caía la baba mirándole. Al cabo de unos minutos de silencio, yo callada admirando su belleza, habló él:
- Ho.. hola Elena… Vaya estas… estas… ¡preciosa! Me dejas sin palabras…
- Hola Carlos- dije sonrojada-me alegro de verte, gracias por el cumplido, tu si que estas guapísimo, me has dejado alucinada.
Se acercó poco a poco para besarme y aun sabiendo la mañana que había pasado con David y que iba a volver con él…, espera, ¿iba o había vuelto ya? No quería ponerle los cuernos, pero es que… cuando Carlos se me acercaba de esa manera no pensaba con claridad. De todas manera iba a hablar con él esta noche, no podía seguir estando con él si estaba David de por medio.
Así que sin pensarlo dos veces correspondí el beso de Carlos, un beso corto pero apasionado.
- Bueno, ¿nos vamos preciosa? Vamos a llegar tarde- me dijo separándose de mis labios.
- Si, enseguida, cojo el bolso y nos vamos.
Fui a la habitación, cogí el bolso y me despedí de Luna dirigiéndome a la puerta y cerrándola.
Carlos venía en su BMW negro precioso y lucía brillante como él. Yo andaba un poco nerviosa, nadie sabía del regreso de David, ni si quiera Marta que era mi mejor amiga, ni Oscar, y menos Carlos. ¿Cómo se lo tomarían? ¿Cómo se tomarían que hubiera vuelto con él? ¿Y Carlos? ¿Se enfadaría conmigo? No quería que me odiase, pero yo… sentía que amaba mas a David y le conocía de más tiempo y deseaba volver a vivir aquellos recuerdos del cajón que tanto daño me hicieron, pero no me importaba lo que había llegado a sufrir por él, porque ahora por fin saldría todo bien… ¿O eso pensaba?
Íbamos en el coche y yo seguía ausente, ensimismada en mi pensamiento. Él noto mi cara de preocupación y no dudo en preguntarme mientras iba conduciendo.
- ¿Qué te preocupa preciosa?- me preguntó mientras me miraba rápidamente a los ojos, pues estaba conduciendo.
- Nada, no te preocupes no me pasa nada, simplemente pensaba -le dije intentándole convencerle.
Pero Carlos de tonto no tenía un pelo y parecía que me conociese muy bien pues notó enseguida que algo me rondaba la cabeza y no era precisamente una tontería.
- De verdad dime Elena, ¿Qué te pasa? Sé que estas dándole vueltas a un asunto. Se te nota en la cara.
En aquel momento pensé en aquella canción que decía: “Se te nota en la mirada que vives enamorada” Se la podría haber cantado libremente pero no estaba de humor.
- Bueno, pues la verdad es que si, pero es que… es por ti Carlos, veras yo… - decía entrecortada pues no me salían las palabras- aun no estoy segura de lo nuestro. Yo no quiero perderte, yo no quiero que te enfades conmigo, no quiero que me odies y te canses de hablarme por lo que yo pueda decidir. Yo… -susurraba a medida que me quedaba sin palabras y, entonces, comencé a llorar.
- Pero Elena, no llores por favor, ya sabes que no me gusta verte así. ¿Por qué dices que me enfadaré contigo? Elena yo jamás podría enfadarme contigo, pase lo que pase seguiré a tu lado, lo juro- dijo mirándome ahora mas fijamente.
Había detenido el coche, parecía que ya habíamos llegado pero mis ojos estaban empapados de lágrimas y no lograba localizar donde estábamos.
- No, por favor, no jures nada, no jures antes de saber de qué se trata. Esta noche…, esta noche lo sabrás, tendré que decidir según mis sentimientos, y por fin acabara este lio. No quiero haceros daño a ninguno pero yo…- susurraba pero Carlos podía oírme.
- Preciosa, no entiendo nada, ¿tus sentimientos? ¿hacernos? ¿lio? Por favor Elena explícame que ocurre que no sepa.
- No, lo sabrás pronto, mejor no preguntes y abrázame por favor, no quiero que esta sea la última vez que nos veamos, no quiero que sea la última vez que nos abracemos….- le dije con la cabeza agachada.
Él tenía una cara de preocupación, dolor y tristeza que no podía con ella. Aun seguíamos en el coche aunque ya parado. Y sin pensárselo dos veces me abrazo tan fuerte que sentía su respiración, sentía el latir de su corazón y eso me calmaba. Mis lágrimas caían por su hombro empapándole la camisa. “Pobre Carlos-pensé- él no se merece esto, con todo lo que me ayuda… Pero yo… no puedo hacer otra cosa, es mi corazón quien decide…, mi corazón caprichoso” Mientras, Carlos me tranquilizaba con dulces palabras.
- Ya mi niña, ya está, ya pasó, no pienses más por favor y disfruta de la fiesta que nos espera.
Si, y que disfruta, eso era lo que menos iba a hacer. Tendría delante a Marcos, que aun seguía esperando mi respuesta, tendría a Carlos que estaría a su lado para después “darle calabazas” por así decirlo. Tenía a Marta que le contaría lo de David al igual que a Oscar. ¡Definitivamente aquella noche iba a volverme loca!
- Gracias Carlos, yo… no olvides que siempre te quise, te quiero y te querré- le dije separándome de él para mirarle muy cerca a los ojos.
Aquel “te quise” le sonó raro pero no quiso discutirlo ni desaprovechar la oportunidad de que nuestros labios estuvieran tan cerca.
- Yo si que te quiero mi amor, y ya te dicho que no tienes de que preocuparte, siempre estaré ahí contigo- me dijo dulcemente.
Esta vez me arranque yo y poco a poco fui acercándome para que nuestros labios se rozaran y acabáramos sumergidos en un gran beso, en un beso tan apasionado que probablemente sería el último que tendría con Carlos. Quise aprovechar tanto ese beso, que creo que estuvimos casi diez minutos besándonos pegados. ¡Llagábamos muy tarde! Me aparté rápidamente de él, además de que porque eran las ocho y medía me entro culpabilidad por estar fallando a David con ese beso. Pero bueno aquel sería el último, además a David aun no le había perdonado, se merecía mi perdón y sabía que iba a demostrármelo.
Si, la verdad que en todo momento, David estaba presente en mi mente, no dejaba de pensar en él, de recordar momentos vividos en Madrid a su lado, de recordar aquella mañana que había pasado con él tomando café y diciéndome en otras palabras que quería volver a estar conmigo. Pero en el fondo tenía miedo, tenía el presentimiento que volvería a sufrir, seguramente porque volvería a hacerme daño, se cansaría de mí y se iría con otra mejor. Pero me daba igual, las ganas de estar con él superaban cualquier miedo.
- Llegaremos tarde Carlos, siento interrumpir el momento pero… nos van a matar- le dije sonriente.
- Tienes razón preciosa, vámonos anda.
Pero no me lo dejes asi......!!!!!!!! Por favoooor, quiero el siguiente yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!! Madre mia!!!!! quiero mas, quiero mas, por favooor!!!!! Un besote mi niña, no tardes en subir el siguiente si aprecias tu vida eh? jejeje, esta vez si habia puntos suspensivos, pero seguro que me dices que era para pensar... xDDDD pero yo hubiese quitado algunos!! Un besote mi niña, teQQ
ResponderEliminarcapituloooooonnnn pero k pasara?? k la diran??? jajajaj
ResponderEliminarme encanta es precioso el capitulo :)
besos wapa tQ
madre miiia!! me he leido otra vez los últimos 3 capítulos para recordar un poco la trama, y ahora me dejas así, con una intriga, e impotente... :(
ResponderEliminarBueno, espero el siguiente, ya estaré pendiente para poder leerlo
un besiin, me pareció bastante intrigante y emocionante xD ¿que dirán? xP