(Elena)
Parece ser que todo el salón escuchó “a medias” la conversación que tuve con Marta y me vieron salir corriendo llorando. Sobre todo Carlos, Oscar e Iván, se veían muy preocupados. Carlos estaba desesperado, no aguantaba más verme así. Marcos mientras tanto hablaba con Marta sobre las palabras que acababa de soltar por su boca.
- ¿No crees que te has pasado bastante Marta? Estoy seguro que lo está pasando fatal, está entre la espada y la pared, tiene que elegir entre Carlos y David, el amor de su vida, su primer amor. A mi también me da mucha rabia, porque conociendo a Elena dejará a Carlos por David. Pero aun así, has sido muy dura con ella. A la única verdadera amiga que tiene es a ti, y encima le dices que no quieres saber nada de ella si algo malo le ocurre, ¿¡Te has parado a pensar un momento si a ti te pasara eso?!
- Pero es que no puede irse con David, sería el mayor error que cometería, y yo solo quiero lo mejor para ella, es como mi hermana Marcos y no quiero que sufra otra vez.
- Pues si de verdad no quieres que sufra deberías arreglarlo y hablar con ella.
……………………………………………………………………
Mientras tanto Carlos, cuando me vio salir corriendo hacía la habitación de Marta vino detrás de mí como una bala, con una cara de preocupación increíble. Se notaba que se desvivía por mí y no se merecía que le hiciera eso. Cerré la puerta de un portazo y al minuto llamó él:
- Elena, soy Carlos, por favor ábreme, solo quiero que me cuentes que ha pasado.
Yo no contestaba, estaba demasiado ocupada llorando sin parar, pataleando con una rabia que me comía por dentro, con mil dudas rondando por mi cabeza.
- Por favor Elena, insisto ábreme, no te haré nada.
Al final, me levanté despacio y le abrí la puerta sin ni si quiera mirarle a la cara, me sentía muy avergonzada y no paraba de llorar, tenía que tener los ojos hinchados, rojos y negros pues me habría quitado el rímel de tanto restregármelos.
Me senté en la cama limpiándome las lágrimas y él se sentó a mi lado, cogiéndome la mano.
- Cuéntame, ¿Qué ha pasado con Marta y Marcos? ¿Por qué lloras? Sabes que no puedo verte así, me tienes preocupado Elena- me decía intentando mirarme a la cara.
- Estoy hecha un lio Carlos, no puedo más- le dije como pude aun sollozando.
- Pero que es lo que sucede, ¿por qué se ha puesto así Marta?- me pregunto dulcemente y con una mirada tan profunda que me entraban unas ganas apasionadas de besarle.
- Pues, verás Carlos, es que… anoche,- decía aun sollozando- cuando me dejaste en casa y terminé de cenar, me llamo alguien al móvil. David. Me llamó para decirme que se mudaba a Cádiz y quería volver a verme y…
- Espera, espera David, es tu ex ¿no? ¿Y me dices que está aquí en Cádiz?- me preguntó, aunque sabía la respuesta perfectamente.
- Pues si, y bueno hay más. Esta mañana quedamos para hablar y tomar un café y…
- No sigas por favor, ya me puedo imaginar el resto- Carlos tenía una cara de enfado que no podía con ella.- Elena, se supone que estábamos juntos, o que al menos me dejaste esperanzas de poder empezar algo fantástico a tu lado. Y ahora, ¿ahora qué? Ahora que ha llegado David, ya no puedo hacer nada ¿verdad?- me dijo triste y mirándome con rabia, con los puños cerrados.
Me dolía tanto ver así a Carlos, pero no podía hacer otra cosa. Me preguntaba cómo podía imaginarse que me habría dicho David aquella mañana, si aun no le había contado nada. ¿Tan transparente era que todo el mundo sabía lo que me pasaba solo con mirarme? Pues lo odiaba. No sabía ni que contestarle a Carlos, sus ojos estaban vidriosos, los míos aun estaban empapados de lágrimas.
- Carlos. Yo te quiero pero… mi corazón es el que decide. Y decide que quiere volver con mi primer amor, porque por mucho que haya sufrido sé que no viene con intención de hacerme daño.
- Ah muy bien, entonces es verdad, que me vas a dejar por ese cabrón ¿no?- me preguntó con los ojos llenos de lágrimas y dolor.
- Carlos, por favor, perdóname, pero tu y yo… podemos ser amigos. Yo te quiero mucho, eres una persona muy especial en mi vida, y no podré olvidarte jamás, y no quiero que me odies por esto, por favor- le supliqué con lágrimas en los ojos.
- ¡Encima! No sé, yo no sé si aguantaré verte con él, no sé si aguantaré que tu y yo solo seamos amigos, no puedo Elena. Estaba tan feliz a tu lado. Me había hecho tantas ilusiones. Jamás podré olvidarme de ti yo tampoco, ni si quiera podré dejar de quererte. Pero tú has decidido que yo no forme parte de tu vida, tú has conseguido que me aleje de ti. Tranquila, no me volverás a ver, te lo prometo, dejaré que seas feliz y no me entrometeré nunca- me dijo enfadado y levantándose de la cama.
- Carlos, espera por favor- le supliqué cogiéndole del brazo y levantándome yo también- no me dejes así. Necesito tu ayuda, necesito tu amistad. Por favor, no seré feliz sabiendo que me odiaras, que no me dirigirás la palabra.
- Estate tranquila, que seguro que el tal David ese te hará más feliz que yo, y con él no necesitaras a nadie- me dijo con una mirada que mataba. Me soltó la mano que le sujetaba y se fue de la habitación dando un portazo a la puerta.
Yo no podía más, estallaba de dolor. Carlos me odiaba, nunca más me hablaría, lo estaba perdiendo todo poco a poco. Marta se había enfadado conmigo, mi mejor amiga, la única a la que podía recurrir. Carlos, la persona con la que me sentía tan a gusto y que quería tanto hasta entonces me había fallado. Si es que realmente me sentía estúpida. ¿Pero que había hecho? “En dos minutos lo has liado todo Elena”- pensé. Lloraba y lloraba con más fuerza, impotencia, rabia, dolor, duda, amor… Todo eso recorría mi cuerpo en aquel momento. Sentía que lo perdía todo en ese mismo instante y todo por culpa de David. David ¡maldito nombre! Pero yo le quería, mi corazón me lo gritaba una y otra vez, y sentía unas ganas deseosas de estar con él. Mi conciencia me repetía “¿Qué eliges Elena, tus amigos y Carlos o David?”- Suspiraba- Una pregunta verdaderamente difícil, algo muy duro de decidir. Pero por muy duro que fuera no podía hacer nada, me veía atada por pasión y amor a elegir a David.
…………………………………………………………………………………..
Carlos salió eufórico de la habitación, la cerró de un golpe y se dirigió a paso agigantado a la puerta de salida. Pero Marta, Oscar e Iván le vieron, le cogieron y le preguntaron qué había pasado. Notaron que Carlos llevaba los ojos hinchados de haber llorado. Cuando les contó nuestra conversación ellos no podían creerlo. Marta estaba enrabietada, ahora no tanto pues la conversación que había tenido con Marcos minutos antes le había hecho reaccionar. Iván. Iván no sabía ni que decir, sentía lástima por mí, veía mal a su novia y solo podía abrazarla y cogerla por la cintura.
Oscar no podía dar crédito a todo lo que oía. No se podía creer que aquel chico que tanto daño le había causado a su amiga, a su pequeña Elena, estuviera de nuevo allí dispuesto a volver con ella. Sentía pánico, temía que volviera a hacerla daño. Pero en ese momento quiso entrar en la habitación y darla ánimos ya que, por muy mal que le pareciera lo que Elena había decidido, era su amiga y su decisión. Después de contarles todo a los dos, Carlos se marchó por la puerta indignado sin ni siquiera despedirse de nadie y con lágrimas recorriendo sus mejillas.
creo k soy la primera en comentarte!!!! Me ha encantado pero no entiendo pork la gente no comprende a elena, joer, k es amor, ke se le va acer? es normal k la gente no l guste la decision, pero siempre gana el corazon en estas decisiones, asik... para k malgastarse? Me ha encantado!!! Kiero saber mas, asik pronto el siguiente!!! De veras k lo siento por el retraso, pero llevo varios dias malita de lagripe y no he tenido ganas ni de leer ni de conectarme!! teQQ wapisima, pronto comenzaré a escribir!! teQQ mi niñaaa wapaaa
ResponderEliminar