Toda una vida luchando por alcanzar la felicidad siempre deseada, para conseguir al amor de su vida... Y tras ello, errores, traición, celos, muertes, infidelidad, venganza, caprichos... El no saber tomar buenas decisiones y no aclarar sus sentimientos, llevarán a Elena a tener un corazón caprichoso.



domingo, 12 de junio de 2011

"Corazón caprichoso" Capitulo 25: Segunda parte

David y yo nos sentamos en el sofá y soltamos un gran suspiro.
-        Por fin a solas, lo estaba deseando- decía David riéndose y abrazándome.
-        Que mal educado eres. Aunque bueno… yo también lo estaba deseando- le dije pícaramente para después fundirnos en un apasionado beso.
Estuvimos hablando de la comida y todo lo que nos habíamos divertido. Él me conto que Oscar e Iván le habían caído genial y eran muy buenos chicos y que Marta era una chica fantástica al igual que María. Pero esta vez no me puse celosa, pues sabía que David, realmente solo tenía ojos para mí y de verdad me quería… ¿O tal vez me equivocaba?
Después de estar viendo una película tumbados en el sofá, abrazados, nos dieron las seis y decidimos irnos a pasear al parque y tomarnos algo en el velador de siempre, en el velador donde conocí a Carlos. Pensé en él por un momento, por fin se había arreglado todo. Como se preocupo por mí en el hospital fue algo que no me imaginaba. En esos momentos recordando aquel momento esbocé una pequeña y tímida sonrisa mientras aun seguía acurrucada bajo los brazos de David. Recordé el momento en que Carlos le dijo en el hospital a Marta que Marcos le había contado lo que le había hecho. Marcos…¿Por qué?- me pregunté. Y aun así, ¿aun sabiendo eso Carlos me había perdonado? Era algo extraño, los dos se llevaban muy bien cuando se conocieron; no me preguntéis cómo por qué no me contaron nunca como se conocieron, pero eso no es lo importante. Lo importante es que eran amigos inseparables, que jamás se fallarían, capaces de cumplir una traición, una promesa, capaces de guardar un secreto. Y lo que me preocupaba es que… Si, me perdono demasiado rápido, ¿Será cierto que en el fondo me había perdonado? Y si…, bueno ya sé que resulta una estupidez y algo cruel pero ¿y si no me ha perdonado por lo que le hice a su amigo Marcos? ¿Y si los dos ahora se vengaran de mi? Uno por aprovecharme de él aquella noche y otro por vengar la tristeza de su mejor amigo
-        ¡¡¡NOO!!!- dije sin querer en voz alta y pegando un sobresalto que notó David pues seguía abrazándome.
-        ¡Cariño! Ey, ¿Qué te pasa? ¿Por qué estas tan asustada?- me preguntó David preocupado, mirándome a los ojos asustados y fijados en un único punto sin reaccionar a nada.
Pero yo seguía sin responder, estaba perpleja, tenía un mal presentimiento. ¿Y si aquello que pensaba se hacía realidad? ¿Y si era verdad que Carlos no me había perdonado y solo había fingido hacer las paces conmigo? Estaba al borde de darme un ataque de nervios, pero algo me hizo salir de mi pensamiento y volver a la tierra.
-        ¡Elena! Reacciona por favor, mírame, respira…- me gritaba David dándome pequeñas palmadas en la cara para que reaccionase.
David ya me había sentado en el sofá y sentí sus pequeñas tortas en la cara para hacerme reaccionar, sentía su aroma, su aliento, su respiración acompasada a la mía. Eso hacía relajarme y por fin logré hablar…
-        David.  Yo… lo siento- le dije mientras una lágrima empezaba a recorrer mi mejilla y las piernas empezaban a temblarme. Menos mal que estaba sentada.
-        Mi niña, ¿Qué te ha pasado? Me has asustado, ¿Qué tienes?- me preguntaba tan deprisa que se le juntaban las palabras.
-        Nada, no te preocupes, simplemente pensaba. Y tuve un mal presentimiento- le dije sin llegar a contarle en quien pensaba.
-        ¿Un mal presentimiento? Pero ¿Cuál?- me preguntó impaciente.
Estaba claro que no iba a contarle nada más a mi querido David, no quería que se enterase de lo que ocurrió la noche de la fiesta, se pensaría que era una caprichosa, que me acostaba con todos y que a él tampoco le querría. Y si seguía hablando estaba segura que al final, con la capacidad de convicción que tenía David, iba a acabar sacándomelo. Así que le mentí, no tenía otra opción, aunque en el fondo me dolía muchísimo verle así de preocupado y tener que mentirle era algo superior. Bien decían que una mentira lleva a otra y a otra más grande. Y no quería que eso me pasara con él, pero no veía otra salida. Ya caí en mi propio error, ahora tenía que salir de él lo más discretamente posible y sin remover nada más.
-        Pues, veras siento que algo malo va ocurrir entre tu y yo- le dije lo primero que se me vino a la cabeza.- Y yo… no quiero que me dejes, no quiero que vuelvas a irte de mi lado, no lo aguantaría, por favor no te vayas David- mentí lo mejor que pude.
En parte, no le había mentido del todo, realmente ese no fue mi presentimiento, pero de vez en cuando aquello también lo pensaba para mis adentros. Asique no fui tan mentirosa, lo hacía por una buena causa. Si David se enterara de lo de Marcos, me dejaría para siempre y aquello si que no me lo perdonaría.

-        Mi niña, eso no pasará jamás, te lo prometo, no tendría valor para dejarte de nuevo, siempre estaré contigo, no te preocupes cielo. Sabes de sobra que te quiero
-        Lo sé, pero yo…- y comencé a sollozar. Solo de pensar que por cualquier cosa David podría separarse de mí de nuevo, me entraban escalofríos y mi cuerpo no reaccionaba, solo podía llorar y gritar.
-        Ey… cálmate pequeña. Ya está, no pasará nada- me dijo acurrucándome entre sus brazos, mientras yo apoyaba la cara en su pecho.
Poco a poco, al sentir los latidos de David sonar en mi oído, me fui calmando. Le quería tanto… siempre lograba tranquilizarme, hacerme feliz hiciera lo que hiciera. Aunque a veces tenía miedo de no corresponderle como se merecía ¿Y si realmente no le quería como creía y solo era otro capricho como Carlos o Marcos? No, no, eso no podía ser, David era diferente a ellos, no sé, lo era todo para mí, me importaba más que nadie… Formaba parte de mi corazón y no de mis caprichos.


-        Perdóname, me he comportado como una cría, pero tenía  tanto miedo…- le dije mientras intentaba mirarle a los ojos.
-        No tengo nada que perdonarte, es normal, pero puedes estar tranquila, yo nunca me iré de tu lado- me dijo el suave, tiernamente y muy cariñoso mientras me sujetaba el mentón con una mano y con la otra me secaba las lágrimas que me quedaban en la mejilla.
Después de estar un rato abrazados y que consiguiera calmarme, decidimos irnos, pero antes fui a retocarme el maquillaje pues seguramente el rímel se me habría quitado de tanto llorar. Le deje esperando en el sofá mientras me dirigía al baño a mirarme en el espejo.
-        ¡Qué horror!- pensé en alto. Tenía los ojos hinchados, rojos, la raya se me había quitado y de restregarme los ojos los tenía negros. Parecía un monstruo. No sé como David pudo mirarme con esa cara… ¿Tanto había llorado? Parecía ser que si…
Me lavé la cara y volví a maquillarme, pero esta vez decidí no pintarme la raya, pues como me diera por llorar otra vez me iba a pasar lo mismo. Así que solo resalte mis ojos con sombra clarita y un poco de rímel en las pestañas. Volví a darle carmín a mis labios para darles un tono más sexys y carnosos. Por último me peine, estirando mi larga melena, me eché colonia y salí del baño. Regresé al salón donde estaba David esperándome sentado, más bien recostado  en el sofá.
-        Bueno, ¿nos vamos cariño?- le dije mientras cogía el bolso de encima de la mesa del salón.
-        Si, claro, estaba esperándote- dijo mirándome- Vaya, ahora estas mucho mejor, sin lagrimas ni pegotes negros del rímel- dijo mientras se acercaba a mi riendo y bromeando y me cogía por la cintura.
-        Jum… No tiene gracia, no sé cómo has podido mirarme antes con la cara que tenía. Estaba horrible- le dije con un tono triste y tapándome la cara con las manos.
-        Pero que tontita eres… ¿No te das cuenta que yo te sigo queriendo estés como estés? Te encuentres fea o te encuentres guapa, yo siempre te encontrare hermosa… No lo olvides- dijo quitándome las manos de la cara y dándome un profundo y tierno beso después.
-        Mmm… creo que sí, ya me voy dando cuenta- le dije saboreando ese dulce beso y sonriendo.
-        Venga vámonos preciosa que tengo ganas de dar una vuelta contigo- dijo sonriéndome y sin dejar de cogerme por la cintura.
-        Si, y yo también, vámonos. Adiós Luna, ahora venimos pequeña.
-        Adiós perrita- se despidió David.

3 comentarios:

  1. Deberías probar a hacer un capi sin ningún "dijo" ni "decía". Sería un reto interesante xD
    Por lo demás mantiene su romanticismo xD
    un beso Cris

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  2. ya sabes que me encanta, solo k tiens k mejorar esas palabras k repites xD esta super interesante!! kiero mas!!
    Perdona por tardar en comentar, pero ya sabes k ando liadisima!! te kierooo!! muaks

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  3. Gracias por pasarte por el blog :)
    Pues sí.. La han echado.. :$ Y sí, quizá debió decirle unas palabritas a su jefa pero intenté que se hiciera notar que Gina ya la importaba un bledo.. :P

    GRACIAS CRIS ! Siento ponértelo aquí, si te molesta dímelo.

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